Nuestro hombre: Willy Castañeda

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Wilfrido R Castañeda, nacido en México, reside en EEUU desde hace más de 48 años. Realizó la residencia médica en el Hospital La Raza de México DF y el West Virginia University Medical Center. Su Fellowship fue en la Universidad y Hospital de Minnesota (1975-77). Esta certificado por el American Board of Radiology, Mexican Radiology y certificado y recertificado (1994-2005) en ABR-CAQ- Cerificate added qualifications in Vascular Intervenctional Radiology. Ha sido profesor Assistant, Asociate, Full Professor en la Universidad de Minnesota desde 1978 hasta 1993. Posteriormente fue Professor and Chairman del Departamento de Radiología en LSU de New Orleans Luisiana. Actualmente es Profesor Emérito de la Universidad LSU, Profesor de Radiología de las Universidades de Minnesota y Texas en San Antonio. Pertenece a varias sociedades médicas entre las que destacan: American College of Radiology, American Roentgent Ray Society, Society of Cardiovascular and Interventional Radiology (SIR), American Heart Association, Sociedad Iberoamericana de Intervención (SIDI). Fue presidente de las Sociedades SIR y SIDI. Ha hecho 760 presentaciones en congresos americanos e Internacionales. Ha escrito 432 publicaciones en revistas de impacto y es autor de 12 libros. Es Gold Medal de SIR en Annual Meeting New Orleans 2013. También es Gold Medal de las Sociedades de Radiología Intervencionista de México, Brasil (Sobrice), e Iberoamericana (SIDI).

¿Es real el sueño americano para un mejicano? ¿Se siente mejicano o norteamericano?
Nací en México y sigo siendo mexicano en todos sentidos, es cierto que para mucho mexicanos el venirse a USA es un sueño, para mí no era donde yo quería pasar el resto de mi vida, era solamente un sitio a donde yo quise venir a entrenarme en esta espacialidad nuestra y después regresar a mi patria a ejercerla. Claro que uno cambia y te adaptas a la realidad alrededor tuyo. A Estados Unidos le estoy agradecido por abrirme los brazos, aceptarme y darme la oportunidad de aprender y de permitirme el abrirme camino en nuestra especialidad, sin ponerme límites ni fronteras.

¿Fue médico Militar?
Nací en Tampico, Tamaulipas, México. Estudié ahí desde la primaria hasta el bachillerato y después fui aceptado a la Escuela Médico Militar, en su época la mejor escuela de medicina de México.Fuimos admitidos 70 y nos graduamos solo 19, era una escuela muy dura, con estándares muy elevados, donde no podías reprobar materias (te permitían retomar un examen de la materia que habías fallado, si no pasabas en la segunda oportunidad, te expulsaban de la escuela). Éramos alumnos internos (cadetes), con salida sólo los jueves y sábados por la tarde y todo el domingo. La gran ventaja era que teníamos un hospital escuela de 1000 camas a nuestra disposición (Hospital Central Militar) y maestros a tiempo completo. Al acabar los seis años de estudios pasabas a hacer un internado rotatorio de dos años, al final de los cuales pasabas a servir tu tiempo en destacamentos militares.

Si te interesaba hacer espacialidad, conseguías que te comisionaran en un destacamento en la Ciudad de México y acomodabas tus obligaciones militares en forma de que te permitieran enrolarte en un programa de espacialidad en el medio civil.

Yo conseguí que me comisionaran en el Heroico Colegio Militar de México y eso me permitió hacer la especialidad de Radiología General en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Al terminar ésta, regresé al Hospital Central Militar a ejercer la especialidad. A través de la lectura de revistas americanas y europeas de la especialidad empecé a leer artículos sobre angiografía y me interesó tanto que decidí conseguir un permiso del Ejercito mexicano para salir a estudiar el extranjero. El permiso me fue negado, pedí entonces mi licencia (a la cual ya tenía yo derecho por haber cumplido ya el termino de mi contrato), esto también me fue denegado. Tomé entonces la decisión de meter una demanda judicial contra el ejército por negarme la licencia a la cual, de acuerdo con el Código de Leyes Militares, yo ya tenia derecho. Gané la demanda y un año después conseguí mi separación del ejército y acepté una posición en la Universidad de West Virginia donde hice dos años de radiología general, lo cual me permitió tomar el American Board of Radiology. Pasado este obstáculo, acepté la posición de Fellow en radiología cardiovascular e intervencionista en la Universidad de Minnesota bajo la dirección del Profesor Kurt Amplatz. Al mismo tiempo, completé una Maestría en Ciencias.

“En 1993 acepté ser Jefe del Departamento de RI de la Universidad de Luisiana hasta que el huracán Katrina destruyó los hospitales de la universidad y gran parte de la ciudad”.

Dr Wilfredo Castañeda en su etapa militar (1965-1973)

¿Tuvo mucha influencia el Dr. Kurt Amplatz en su carrera profesional?
Al acabar este entrenamiento, el Profesor Amplatz me pidió que me quedara a trabajar en la universidad, lo cual decliné pues yo quería regresar a mi patria. Acepté una posición en la Ciudad de México, la cual por razones políticas, desapareció y me quedé sin trabajo. Al enterarse el Profesor Amplatz, me insistió en que aceptara trabajar con él. Acepté el trabajo y fue una de las mejores decisiones de mi vida. Allí encontré un medio en el que había material para publicar con suficiente apoyo administrativo y tecnológico. Existía un laboratorio de investigación animal de primera clase. Empecé pues a publicar y lo hacíamos a una velocidad inaudita, casi llegamos a tener una publicación por mes en revistas de USA., un promedio de 10-15 trabajos de investigación presentados en la RSNA, el máximo sitio para presentar en aquella época.

En 1981 publicamos nuestro trabajo sobre el mecanismo de la angioplastia, el cual recibió el galardón Magna Cum Laude de la RSNA. Por mi productividad académica y clínica, recibí promociones improcedentes por la rapidez a Profesor Asociado y Profesor de la Catedra, a la cual llegué 6 años después de terminar mi entrenamiento en la especialidad. En ese periodo de tiempo publiqué más de 400 artículos científicos, 12 libros de texto de la especialidad e impartí más de 1.000 presentaciones científicas en congresos nacionales e internacionales. En 1993 acepté la posición de Profesor y Jefe del Departamento de Radiología de la Universidad de Luisiana en New Orleans. Aquí permanecí hasta el año 2006. En agosto de 2005, el huracán Katrina destruyó los hospitales de la universidad y gran parte de la ciudad de New Orleans. Acepté la posición de Profesor de Radiología de la Universidad de Minnesota donde estuve del 2007-2008 y de ahí pasé a la Universidad de Texas en San Antonio donde estuve un par de años. A partir de entonces he ejercido la especialidad en Laredo Endovascular, centro ambulatorio de la especialidad, con dedicación exclusiva a intervención vascular.

Ha hecho de todo y ha desempeñado casi todos los cargos importantes relacionados con el Intervencionismo ¿De qué parte se siente más orgulloso?
Haber podido ensenar la especialidad a decenas de pupilos en las tres universidades donde trabajé y, en forma menos directa, a miles de intervencionistas en el mundo. Me da mucho orgullo también haber participado como presidente en la transformación de la Sociedad Americana de Intervencionismo, durante el periodo de transición de ser un club con membresía limitada (75 miembros), a su expansión a miles de miembros y ver nuestro congreso anual crecer de unos cientos de participantes a miles. En el primer congreso con más de 2.000 participantes, celebrado en la Ciudad de San Diego en California, me tocó ser el director del Programa Científico. Tuve la suerte de haber participado en la creación y desarrollo del SIDI (Sociedad Iberoamericana de Intervencionismo), de la cual fui presidente por 4 años.

“Desgraciadamente hemos perdido mucho campo, el intervencionismo vascular ha caído en manos de cirujanos vasculares, cardiólogos y nefrólogos”.

Durante muchos años estuvo en la Universidad de Minnesota ¿Marca mucho estar y trabajar con el Dr. Kurt Amplatz?
Estuve ahí 18 años, los mejores años de mi vida, académicamente hablando. Fue un privilegio trabajar con el Dr. Amplatz, un hombre sencillo, honesto y brillante. Te abría puertas y caminos y escuchaba tus ideas y ayudaba a llevarlas a cabo. Kurt y Frank Kotula (un ingeniero práctico que trabajaba para el departamento de desarrollos científicos de la Universidad de Minnesota, eran los que ayudaban a desarrollar tu concepto en prototipos. Estos prototipos eran inmediatamente usados en pacientes. En aquellos años había menos limitaciones regulatorias (FDA) y eso ayudó a impulsar el desarrollo de la especialidad en las áreas de intervención vascular, intervención genitourinaria, intervención bilio-digestiva, etc.

En la izquierda Kurt Amplatz y Willy Castañeda trabajando y muy jóvenes. A la derecha, los mismos, no tan jovenes.

Posteriormente usted pasó a ser el Chairman en Minnesota ¿Le pesó mucho la responsabilidad del cargo siendo la continuación del Dr. Amplatz?
No llegué a ser Chairman en la Universidad de Minnesota, ahí llegue a ser jefe de la división de Radiología Cardiovascular e Intervencionista, la cual había sido lidereada por el Profesor Amplatz por décadas. No me pesó porque durante varios años había estado a cargo del manejo diario de la división y dirigía el programa de entrenamiento y enfocaba la investigación de los fellows. Kurt permaneció en la división y su visión académica siguió guiándonos.

Usted ha sido un prolífico escritor de artículos y libros. Me han contado su facilidad y rapidez para diseñar y redactar un artículo científico de la noche a la mañana, listo para remitir a la editorial. ¿Es así o existe un poco de mito?
Como mencioné antes, éramos una fábrica de producción académica, mínimo un artículo publicado por mes en revistas de primera línea. Eran escritos por nosotros y editados por Kurt Amplatz. Obviamente, como el inglés no era mi lengua nativa, los artículos necesitaban mucha redacción. Los conceptos y procesos de investigación eran nuestros pero la redacción era de Kurt.

Usted está en la Radiología Intervencionista desde el principio, ha sido presidente de SIR (Society Interventional Radiology) de América. ¿Se considera un astro en la constelación estelar de pioneros y grandes maestros de la RI mundial?
De ninguna manera, solo he sido alguien que ha contribuido en mayor o menor forma a la propagación de la especialidad. Pioneros hay pocos, entre ellos se cuenta a Seldinger, Dotter, Gruentzig, Amplatz y algunos otros.

Aunque su modestia le impida decirlo, para la gran mayoría de intervencionistas usted es un auténtico líder en el intervencionismo radiológico mundial: Ha diseñado dispositivos, ha inventado procedimientos y ha creado ciencia para cementar esta “no oficial especialidad” por lo menos en muchos países. La gente tiene derecho a tener sus propias opiniones, personalmente creo que he ayudado en lo que he podido y estoy orgulloso de ello.


¿Dónde está en el momento actual el intervencionismo?
Desgraciadamente hemos perdido mucho campo, fundamentalmente el intervencionismo vascular ha caído en manos de cirujanos vasculares, cardiólogos y nefrólogos. Predominantemente ahora se hace intervención en oncología, biopsias y drenajes. Obviamente, esto varía de institución a institución. Parte de la razón del declive de la espacialidad es que siempre estuvo controlada por la especialidad de Radiología Diagnóstica y la RI se hacía a tiempo parcial. Éramos unos técnicos glorificados. Ahora, al menos en algunos países, se ha desarrollado una especialidad independiente de la radiología y los intervencionistas funcionan como clínicos, viendo pacientes en sus oficinas y admitiendo sus pacientes a los hospitales, con todas las obligaciones y responsabilidades que esto conlleva.

¿Cree que hay futuro o que se diluirá cual azucarillo en el vaso de otras especialidades?
Más diluida sería difícil, su recuperación dependerá de la dedicación a tiempo completo en el manejo de pacientes, en ser lideres de la investigación de nuestra especialidad y en promover nuestra capacidad clínica en los medios de comunicación y redes sociales.

“Creo que hay futuro para aquellos profesionales que se dedican al 100% a la especialidad, que funcionan como un clínico más, ven pacientes en su oficina, los admiten, resuelven sus problemas cuando es necesario y hacen su seguimiento a distancia”.

Dr. Castañeda desde su atalaya de una experiencia tan dilatada ¿se atreve a pronosticar un poco el futuro de la radiología Intervencionista? En el mundo, en Europa, España y Latino América creo que son unas realidades muy diferentes.
Efectivamente son realidades diferentes, en Europa, Norteamérica, y algunos países de Asia existen los recursos para hacer procedimientos, en otros como en Latinoamérica es variable de país a país y depende mucho de los recursos de los pacientes para pagar los costos del material. Desgraciadamente, los costos son más altos en Latinoamérica que en USA por ejemplo. Muchos pacientes e instituciones no tienen la capacidad económica para hacerlo.

¿No le da la sensación de que desde un tiempo a esta parte la Radiología Intervencionista practica las retiradas estratégicas?
Así es excepto que no es retirada, simplemente nos quitaron la especialidad, porque no éramos dueños de los pacientes, siempre dependíamos de los pacientes que nos enviaban, a los que cuidaban después de que se paracticara el procedimiento. Y esto, fue a causa de que, en gran parte, otras especialidades médicas se apoderasen de una o varias parcelas de la RI.

Es por ello que los radiólogos intervencionistas, casi a diario, inventamos otras utilidades o técnicas e indicaciones nuevas. ¿Esta geoestrategia no tiene límites?
Hay limite porque el cuerpo humano solo tiene un número fijo de órganos y sistemas y se nos están acabando. Tal vez con la nanotecnología, si nos metemos a trabajar con ella, podamos encontrar nuevas áreas para desarrollar.

¿Puede haber algún momento que no quede más por inventar en la cirugía mínimamente invasiva guiada por Imagen? ¿Podría ser incluso que, por inventar, nos pásesenos de rosca y nos fuésemos a la pseudociencia y a procedimientos con baja o nula evidencia y con poca eficiencia para los pacientes?
Esto ya ha pasado y continúa pasando, por ejemplo con la aterectomía percutánea y el uso del láser. Se ha demostrado, en más de una ocasión, que no es mejor que la angioplastia por sí sola. Sin embargo, por incentivos económicos se han vuelto a utilizar (por ejemplo, una aterectomía tiene más remuneración económica que una angioplastia). Yo creo que hay futuro para aquellos profesionales que se dedican 100% a la especialidad, que funcionan como un clínico más, ven pacientes en su oficina, los admiten, resuelven sus problemas ya sea directamente o a través de interconsultas cuando es necesario y hacen su seguimiento a distancia.

Me atrevo a preguntarle usted que lo conocía tan bien ¿qué opinaría de todo esto el Dr. Kurt Amplatz.
El diría this is bullshit (esto es una mierda).

El doctor Kurt Amplatz.

Usted ha sido el gran mecenas de la formación en RI para el mundo hispano ¿Se siente orgullosos de sus alumnos?
Claro que sí, aprecio su dedicación y profesionalismo dentro de las limitaciones de nuestra Latinoamérica, muchos de ellos han hecho y hacen una gran labor asistencial y académica.

¿Cuántos RI ha formado a lo largo de su vida?
Pupilos a tiempo completo un buen numero, por lo menos 100-120 en Minnesota y 20-30 en las Universidades de Luisiana New Orleans y UT San Antonio.

¿Tanto trabajo! ¿Tiene vida social? ¿Ha sacrificado vida familiar y social por su trabajo? ¿Se arrepiente de su modelo de vida?
Sacrificio hubo muchos y les robé tiempo a mis hijos y parejas, les estoy y estaré agradecido hasta el final de mis días a todos ellos por su apoyo y amor incondicional. Es muy tarde para arrepentirse, era lo que pensé a su tiempo que tenía que hacer para triunfar y lo hice.

¿Algún consejo en este aspecto?
Les voy a pasar el consejo que mi profesor de anatomía el Dr. Roberto Villareal nos dio en 1960: “el día tiene 24 horas; 8 horas para trabajar, 8 horas para disfrutar y 8 horas para dormir”. Obviamente, no seguí su consejo, pero es un buen consejo. Viendo hacia atrás hay que llevar una vida personal, familiar y profesional balanceada, dándole igual valor al triunfo profesional como al triunfo familiar, ver a nuestros hijos tener éxito y ser buenas y felices personas, es probablemente la mayor recompensa que podemos tener en la vida.

Dr. Castañeda, ¿qué va a hacer en los próximos años?
Desde el punto de vista profesional seguiré trabajando clínicamente mientras lo pueda hacer al nivel de calidad al que he estado acostumbrado. Desde el punto de vista personal dedicare más tiempo a mi familia y a mi distracción: viajar, conocer otras gentes, sus estilos de vida, sus problemas, etc. Finalmente, haré a partir de este algo que he estado postponiendo por mucho tiempo: tengo proyectado escribir un libro acerca de la historia de mi familia y un trabajo biográfico para que mis hijos y nietos sepan quien fue su ancestro y de dónde vienen.

Para finalizar: nos interesa conocer su opinión con respecto al mundo que estamos viviendo ¿qué opina de la sociedad actual?
Un desastre. A muy pocos les interesa trabajar para el bien de la humanidad y del planeta.

De las siguientes virtudes: lealtad, amistad, bondad, humildad, ¿cuál de ellas le gusta más?
La humildad, aunque todas ellas son indispensables en un ser humano completo y verdadero

¿Quiere añadir algo más, de lo que le interesa, quiera decir o crea que aquí es oportuno?
Gracias por su tiempo y por todo. Un abrazo afectuoso para los que hacéis Mininvas News.

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