Mujeres con coraje: Sikia Wong

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Sikia Wong nació hace 41 años en la ciudad de David, provincia de Chiriquí (Panamá). Está casada con Erwin y tiene dos hijos; Arturo de 8 años y Pilar Sofía de dos meses.

Estudió en la Universidad Latina de Panamá (Ciudad de Panamá) y realizó la especialidad de Radiología Médica e imagenología en el Hospital Santo Tomás de la Ciudad de Panamá de 2008 a 2012.

Durante los años 2015-2018 realizó la formación en Radiología Intervencionista en la Unidad de Intervencionismo del Hospital Clínico Universitario de Zaragoza. Becada del Programa de Becas Internacionales IFARHU – SENACYT de la Republica de Panamá. Durante este período realizó el Master Propio en Intervencionismo Vascular y no Vascular guiado por Imagen de la Universidad de Zaragoza, dirigido por el Profesor MA de Gregorio.

Lugar de trabajo actual: Médico Especialista en Radiología Médica e imagenología. Hospital Regional Rafael Hernandez Lloech, 2018 a la actualidad.


La Dra. Sikia Wong, radióloga intervencionista panameña, trabaja en solitario en la provincia de Chiriquí, a más de 400 kilómetros de la capital. Para adquirir su formación tuvo que salir de su país y arrastrar a su esposo e hijo. Después, volvió a su provincia y desde entonces trata de aplicar sus conocimientos intervencionistas, luchando con coraje contra el desconocimiento y el obvio machismo.

Dra. Wong ¿Por qué se decidió por la especialidad de Radiología Intervencionista? ¿Cuál fue su motivación personal?

Probablemente fue la RI la que se decidió por mí. Ya en la Universidad, había tenido la oportunidad de hacer rotaciones por Radiología, allí conocí a muchos médicos radiólogos, hombres y mujeres, a las cuales admiro cada día más. Sin embargo, fue la rotación con el Dr. Héctor Tapia la que movió algo en mí y me inspiró a seguir este camino. Durante la formación como especialista en Radiología Diagnostica, mi contacto con el intervencionismo fue mas allá de las rotaciones obligatorias, y estuve siempre disponible para los procedimientos intervencionistas. Fue en el congreso Colombiano de Radiología en Cartagena, en la sección de Intervencionismo, donde conocí al Dr. Miguel Angel De Gregorio, quien se convertiría en mi mentor, maestro y guía. Fue con quien pude realizar mi formación por dos años en Zaragoza.

¿Cuáles fueron las principales adversidades para su formación en España?

Por aquel entonces ya estaba casada y había tenido mi primer hijo. Moverme a España, aparte del alto coste económico, suponía separarme de mi familia. Por ello, lo hablé con mi esposo y lo decidimos: nos fuimos todos a Zaragoza. Tuvimos que escolarizar al niño y organizar nuestra vida para poder atender a la familia e integrarme en un servicio de mucho trabajo y participar en el laboratorio de investigación animal (GITMI) de la facultad de Veterinaria. Mi esposo, Erwin, fue clave en esta aventura ya que tuvo que cuidarnos y además atender a su rotación como técnico en intervencionismo. Fueron dos años muy intensos, alejados de casa, pero muy provechosos. Me integré en la Unidad de Intervencionismo e hice de todo en consulta externa en planta y en el quirófano de Intervencionismo. Puedo afirmar que todo el servicio de Intervencionismo del hospital Clínico Universitario de Zaragoza; celadores, enfermeras, auxiliares y médicos hicieron posible que me sintiera como en casa.

¿Cómo ha cambiado su vida profesional en su trabajo?

David es la capital de Chiriquí, está situada a 440 kilómetros de la capital del país (unas 5 horas en coche) y tiene aproximadamente 20.000 habitantes. Ejerzo mi profesión en David desde mi regreso al país y soy la única radióloga intervencionista. Alguien podría pensar que es demasiado lejos del radiólogo intervencionista más cercano, pero ni me siento sola ni he tenido miedo de afrontar el intervencionismo. Desde mi llegada, supe que las cosas no serían fáciles y decidí ir paso a paso, contando y demostrando lo que había aprendido. Ha habido de todo, penas y alegrías, ayudas y algunas reticencias, pero todo se supera y espero asentarme y desarrollarme en un futuro próximo.

¿Qué procedimientos realizas como radióloga intervencionista en Panamá y cuál es el de mayor demanda?

Realizo procedimientos vasculares y no vasculares siendo estos últimos los de mayor demanda. En el área vascular realizo principalmente embolizaciones, pero por temas de limitaciones en la compra de los insumos o materiales, no son tantas como desearía.

¿Realiza consulta médica y cuál es el motivo de consulta más frecuente?

Si, realizo consulta médica, costaba más recién llegué al país. El resto de médicos no estaban acostumbrados a ver a un RI pasando consulta, sin embargo, poco a poco se ha aceptado de forma adecuada que soy RI. Los motivos de consulta más frecuentes son la valorización de biopsias y por patología venosa periférica.

¿Cómo ha cambiado el manejo de los pacientes desde su regreso a Panamá? ¿Qué ventajas encuentran tus pacientes con estas técnicas?

Puede decirse que el cambio ha sido notorio en casos particulares, en otros probablemente un poco menos. Hay mucho camino por recorrer, sin embargo, una de las cosas más importantes es que los pacientes se sienten aliviados al no tener que viajar hasta la capital para realizar procedimientos que pueden hacerse en mi ciudad.

¿Qué puntos considera como más positivos y relevantes dentro de su práctica diaria?

Lo más importante es el agradecimiento de los pacientes y familiares que encuentran respuestas y un trato y manejo más adecuado a sus necesidades, ya que todo se planifica en un ambiente de confianza y compresión y, por decirlo de alguna manera, diseñado a la necesidad de cada paciente. Algunos pacientes ya no tienen que viajar lejos de sus casas para realizarse procedimientos, otros ahora tienen opciones con las que antes no contaban como los drenajes biliares, drenajes de abscesos, embolizaciones en la hemoptisis o los sangrados digestivos, etc.

¿Cómo ha sido la acogida de los compañeros de otras especialidades?

Mis principales referentes son las especialidades de Medicina Interna, Gastroenterología, Urología y Neumología, Cirugía, Urgencias… creo que irá en aumento tanto la cantidad de referencias como las especialidades referentes en la medida que cuente con los insumos. La calidad y experticia son la base fundamental.

¿Cuál ha sido el papel de la Radiología Intervencionista durante la pandemia COVID? ¿De qué forma ha afectado la pandemia de COVID en su actividad?

En general en mi institución se limitó de forma significativa la atención en la única sala de angiografía disponible a nivel público; no llegamos a atender pacientes COVID positivos y en estatus post COVID hemos realizado muy pocos casos. A pesar de esto, el trabajo en conjunto permitió que los pacientes que se veían limitados en su movilización a la ciudad de Panamá tuvieran la oportunidad de contar conmigo en la provincia en la que trabajo (Chiriquí). En general la forma en la que vi afectada mi actividad fue más en la reducción de ciertos procedimientos relacionados con la insuficiencia renal crónica en hemodiálisis y el incremento de otros procedimientos como nefrostomías, biopsias, tratamientos endovasculares del sangrado digestivo y embolia pulmonar en pacientes oncológicos. Desconozco cuál fue la razón.

¿Cuáles crees que son los principales retos de RI en América Latina?

El reto principal es el costo de los insumos, que hace que algunos procedimientos sean inaccesibles en algunos niveles de atención. Luego es imperativo el reconocimiento legal de la especialidad ante las insufribles críticas de especialistas afines a nuestros procedimientos, quienes no solo esperan excluirnos de los mismos sino que los reclaman como propios, aun teniendo menor o casi nula experiencia y sin entrenamiento adecuado.

¿Puedes compartir con nosotros cómo ha sido tu experiencia desempeñando tus roles como mujer, madre y esposa junto con la Radiología Intervencionista?

Al finalizar mi entrenamiento tuve la oportunidad de unirme a las filas de los hospitales de referencia de la capital, sin embargo, decidí regresar a la ciudad donde nací y crecí. Sabía que el camino no sería fácil, pero jamás pensé que sería tan difícil. Fue un choque emocional terrible: el machismo (que pensé no era parte importante), la gestión económica y técnica de la unidad intervencionista (insumos, organización). No obstante, lo más importante fue equilibrar la vida laboral y familiar, aunque, al final resultó más sencillo de lo que parecía gracias al apoyo de mi esposo. Edwin siempre ha sido un pilar en este construir cada día, permitiéndome estar tanto para él como para nuestro hijo. Él ha sabido arrancarnos oportunamente del trabajo cotidiano para poder disfrutar la vida y de nuestra familia y amigos.

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