Nos entrevistamos con el Dr. Héctor Ferral que vive en Nueva Orleans, para hablar de su apasionante aflicción artística que constituye algo más que un pasatiempo. El Dr. Héctor Ferral, de origen mexicano, es un excelente radiólogo intervencionista que trabaja en EEUU desde hace más de 20 años.
Es Profesor de Radiologia Intervencionista en la Louisiana State University de Nueva Orleans desde marzo 2020. Estudió Medicina en la ciudad México donde completó su formación y entrenamiento en Medicina Interna y diagnóstico por Imagen.
Entre 1991 y 1993 realizó el fellowship en Radiología Intervencionista (RI) en la Universidad de Minnesota (EEUU). Ha recibido varias distinciones y becas y ha escrito más de 100 artículos científicos y varios libros de RI. Su obra es extensa y tiene valor artístico importante. Han presentado ya exposiciones de su obra de la que se ofrece una pequeña muestra. De la centenaria técnica veneciana denominada murino.
“Todo comenzó con un viaje a Oaxaca de mi hijo Emilio y mi exesposa Rocio. Ella lo llevo a un taller de vidrio soplado en Oaxaca. Emilio demostró mucho interés, y uno de los artistas dejo que Emilio pudiera hacer una canica de vidrio […] en ese tiempo, Emilio vivía conmigo en Chicago y cuando regreso a casa me dijo que quería aprender a soplar vidrio […] buscamos y encontramos el Chicago Hot Glass un estudio de vidrio en Chicago. Ahí fue donde conocimos a Ian Duncan y Pearl Dick en el a principios de 2010 y donde comenzo mi vicio por el vidrio”
“Decidimos ir a Venecia a aprender directamente de los maestros y conseguimos unos programas de educacion en la escuela de soplado de vidrio Abate Zanetti en Murano. Yo tome un curso de principiante de una semana y Emilio se quedo el mes entero a trabajar como aprendiz . En ese tiempo, nuestro maestro fue Giancarlo Signoretto. Despues, tomamos clases particulares con Ian Duncan hasta 2014. Ambos continuamos trabajando en Ignite Glass Studios en Chicago bajo Ben Tullman. Héctor y su hijo Emilio comenzaron a soplar vidrios con Charlie Matz en 2016”
Hector Ferral
¿Cuál cree usted que fue la razón que le llevó al vidrio soplado? La verdadera razón fue la inquietud de mi hijo y la habilidad de enamorarse de esta actividad por casualidad. Yo jamas hubiese hecho esto si no fuese porque Emilio insistió. Y ya que me gustó, lo quise llevar a un nivel mas allá, que es lo que hago habitualmente con todas mis actividades.
¿Qué ha visto en vidrio soplado que no ha visto en otras artes? Pues estoy viviendo con una pintora y es algo completamente diferente ¡El arte del vidrio es impredecible! Davide Salvadore, un gran amigo mio (pueden buscarlo en Google porque, desde mi punto de vista, es el mejor artista del mundo en este rubro) siempre dice: “Tú metes la pieza de vidrio al horno, pensando en los colores que le quisiste poner, la sorpresa viene cuando las piezas salen del horno…”
¿Usted suscribiría las palabras del famoso Dr. William Osler, “ningún hombre es realmente feliz o seguro sin un pasatiempo”? No sé lo que es no tener un pasatiempo. Los tengo desde mi infancia, así que no puedo contestar la pregunta. Yo soy un hombre feliz.
¿Cuánto tiempo le dedica a este pasatiempo? Antes de la pandemia, iba todos los domingos al taller y trabajábamos entre 3 y 4 horas. A veces, Emilio hacía piezas, a veces solo las hacía yo. Me mudeé a Nueva Orleans en Marzo de 2020, justo cuando comenzó la pandemia. Mi plan original era ir una vez al mes a Chicago y trabajar, pero esto no se pudo hacer. Llevo mucho tiempo sin enfrentarme al fuego del horno.
¿Qué opina que algunos colegas médicos afirmen que la medina es un hobbie? Para mi, la medicina no es un hobbie, para mi, lo que hago es un vicio. La Radiología Intervencionista es también impredecible, pero no hay nada mas satisfactorio que manipular catéteres y agujas y ver que el resultado final es un mejoramiento de la calidad de vida de un ser humano. Ese es mi trabajo. Para mi, es un vicio, no puedo vivir sin mi pasión, sin mi vicio.
¿De cual de todas sus obras de arte se siente mas orgulloso? Tengo una pieza en mi sala que es una pieza que me quiero llevar a la tumba. Es una pieza que hice con Ben Tullman. La teníamos escondida… y vino SOFA, la convención de arte más grande del mundo (se hace en Chicago cada Noviembre) y resulta que unos vieneses, Ricardo Ferro y su hermano, vieron mi pieza y preguntaron quien la había hecho. Emilio mi hijo les dijo que era mia y me pidieron permiso para trabajarla en frio. El resultado es una pieza hermosa, es lo mas importante que he hecho en mi vida.
¿Han aumentado sus visitas al restaurante Smith&Wo’s (Chicago), donde se expone una obra de arte suya en la recepción? No. El restaurante es muy popular en la ciudad. Resulta que yo era muy conocido en el establecimiento por mi avidez por los Martinis que hacen ahí. Todos los bartenders y gerentes me conocían. Todos sabían que Emilio y yo soplábamos vidrio, así que un dia llamé a Denise, una de las hostess, y le dije que tenía una pieza para donar. La pieza les encantó porque tiene exactamente los mismos colores que las mentas que ofrecen en el lugar. Les gustó tanto que de hecho la esconden cuando hay eventos grandes porque no quieren que nadie la rompa (ríe).