Alguersuari Cabiscol, A, Lojo-Lendoiro, S. The Ties That Bind: Mentorship Against Burnout. Cardiovasc Intervent Radiol 47, 1158–1159 (2024)
https://doi.org/10.1007/s00270-024-03771-4
En el mes de junio tuve el honor de participar en esta editorial encabezada por la Dra Alguersuari sobre burnout y sobre las herramientas que tenemos para enfrentarnos a esta pandemia del siglo XXI como radiólogos intervencionistas y, sobre todo, como personas.
Nuestro rendimiento profesional depende de un factor que a menudo se ignora: nuestro bienestar en el trabajo. Estamos tan acostumbrados a medir nuestras capacidades en función de nuestra formación, experiencia y éxitos, que se nos olvida (y se le olvida a nuestros jefes y a las jerarquías institucionales), que el bienestar mental es la piedra angular del rendimiento, de la satisfacción y de la felicidad.
Y aunque la felicidad parece un concepto obsoleto, no existe mayor conductor hacia el éxito. Además de dormir 7h, comer bien, reírse, sentirse realizado, contar con una red de apoyo y hacer ejercicio tres veces por semana, existen otras herramientas que nos ayudan a mantener la cabeza sobre los hombros, especialmente en situaciones profesionales con mucho estrés físico y mental.
La mentoría es una herramienta fundamental que en nuestra área de trabajo no está reconocida ni establecida. Contar con un buen mentor nos proporciona un excelente oyente que puede ayudarnos a encontrar los enfoques para prosperar, que mejor se adapten a nuestro carácter, valores y la situacion personal que estemos atravesando. Tanto en los años iniciales de subespecialización como en determinados momentos de nuestra carrera como seniors, contar con un mentor puede ser determinante de nuestro bienestar mental, y es sin este último, cuando el fracaso está asegurado.
Ierardi AM, Ascenti V, Lanza C, Carriero S, Amato G, Pellegrino G, Giurazza F, Torcia P, Carrafiello G. Is it a complication or a consequence – a new perspective on adverse outcomes in Interventional Radiology. CVIR Endovasc. 2024 Jan 5;7(1):6.
https://doi.org/10.1186/s42155-023-00417-3.
Rescato este artículo de enero del 2024, me parece muy interesante la perspectiva de diferenciar error de consecuencia, y es que a pesar de que son conceptos que teóricamente tenemos muy claros en la cabeza, siempre está bien recordar conceptos.
Conforme evoluciona la RI, el objetivo es fomentar la clínica además de mejorar la técnica: ser médicos en lugar de técnicos. A lo largo de este trabajo se revisa la práctica clínica acorde a los estándares de la sociedad europea y se repasan las principales complicaciones y consecuencias de muchos de los procedimientos que realizamos a diario (y muchas veces de manera sistemática) en nuestra actividad asistencial.
También nos indican qué requisitos debemos cumplir como intervencionistas para llevar a cabo las diferentes técnicas de manera correcta.Otro punto interesante del artículo es el repaso a la clínica secundaria (e inherente) que tiene lugar tras determinados procedimientos, de la cual somos responsables directos, así como del cuidado del paciente.
Está claro que saber interpretar correctamente una consecuencia puede ayudar a evitar que se convierta en una complicación y la posición de los RI debe impulsarse como especialistas que cuidan del paciente sometido a nuestros procedimientos.