
Dr Abadal, habiendo nacido en Madrid, ¿se siente madrileño por los cuatro costados?
Estoy orgulloso de ser madrileño y español. En el sentido más apolítico e integrador. De pequeño viví varios años en Irlanda, país al que tengo un gran cariño.
Creo que usted, desde pequeño, ha sentido vocación por la medicina. ¿Tiene familiares con antecedentes médicos? ¿Cuál fue la verdadera razón por la que se decidió por la medicina como profesión?
¡Sí! Mi abuelo fue pionero de la Radiología en España. Mi padre, un renombrado radiólogo, y yo represento la tercera generación. Tenía clarísimo que haría algo relacionado con la medicina, por eso escogí Ingeniería Industrial y Bellas Artes.
Al final, la presión me llevó a intentar Medicina.
¿Cuál fue la verdadera razón por la que se decidió por la medicina como profesión?
Realicé mi especialidad en México por primera vez en el Instituto Nacional de Nutrición en Ciudad de México en 1997 y en la Universidad de Heidelberg en el sur de Alemania en 2009. La puerta de entrada a Europa me la abrió el Prof. Manuel Maynar en Tenerife, siendo uno de sus primeros Fellows. Yo iba a realizar un Fellowship en Intervencionismo por 3 años y no imaginaba que durante ese tiempo conocería al inventor del TIPSS, el Prof. Richter. Él me daría la oportunidad para mudarme a Alemania y así lo hice.
¿Ve la medicina más como una profesión o como una vocación? De no haber sido médico, ¿qué le hubiera gustado ser?
Para mí, es vocación al 100%. Es la profesión más fascinante que se puede ejercer. Volvería a estudiar Medicina sin dudarlo. Además, con lo que vemos todos los días, nos enseña la realidad de la vida y nos evita convertirnos en unos gilipollas.
¿Se siente más médico, radiólogo o intervencionista?
Claramente, cirujano mínimamente invasivo que guía sus procedimientos mediante métodos de imagen avanzados.
" La medicina nos enseña la realidad de la vida y nos evita convertirnos en unos gilipollas ".
¿Podría explicar cuál es la relación entre la Radiología Diagnóstica y la Radiología Intervencionista?
Creo que existe una divergencia cada vez mayor. Hemos pasado del diagnóstico al tratamiento, de utilizar la imagen como fin a usarla como medio. De leer el nombre de un paciente a conocerlo. De que un error sea grave a que la gravedad de un error signifique notificar a una familia que su ser querido ha fallecido durante la intervención.
¿Cómo prefiere que le conozcan, como radiólogo o como intervencionista?
Creo que como Radiólogo Vascular Intervencionista. O mejor aún, como Dr. Abadal. El mayor orgullo es que te conozcan tus pacientes y que confíen en ti en un momento de enfermedad.
¿Quién influyó en su decisión de ser radiólogo intervencionista? ¿Tiene maestros en su vida profesional?
Cuando empecé la residencia en el Marañón y en R2 vi a los intervencionistas, supe que esto era lo mío. Mis maestros han sido Echena, Camuñez, Simó y Hernández Lezana. Pero realmente, soy lo que soy gracias a mis supercompañeras intervencionistas, María Jesús y Esther.
Un tal Dr. Santiago Méndez y el Dr. Miguel Ángel de Gregorio también son una fuente de inspiración.
Háblenos un poco de su familia. ¿Qué ha supuesto para su trabajo? ¿Está casado? ¿Tiene hijos? ¿Qué creen sus hijos que hace su padre?
Mi esposa, Tania, es arquitecta. Tengo dos hijos, Guzmán y Julieta. Son lo más importante que me ha pasado en la vida. Mis hijos saben que su padre cura enfermedades, y con eso me doy por satisfecho. Mi hija una vez dijo lo más bonito que me han dicho: jamás : “Mi papá salva vidas”. Es insuperable.
¿Cree que le dedica todo el tiempo que debería a su familia? ¿Qué es lo más bonito que le ha dicho alguno de sus hijos sobre su trabajo como intervencionista?
No dedico suficiente tiempo a mi familia. Nuestra profesión lo impide (al menos en mi caso). Tengo un sentimiento de culpabilidad y debo corregirlo. Un post-it en mi ordenador me lo recuerda:
“You are totally replaceable at work. You’re not replaceable at home. Home is your real life. Keep that perspective. Always!”
Usted ha sido presidente de la SERVEI. ¿Cree que ha hecho un buen trabajo?
Ha sido un orgullo representar a mis compañeros de RVI. Me he dejado la piel. He contado con una Junta Directiva impresionante. Hemos trabajado duro, sin miedo, innovando, cambiando y, creo, avanzando.
¿Tiene más amigos ahora o antes de ser presidente?
Más, ¡claro que sí! Simplemente por la cantidad de compañeros con los que tratas.
¿Qué opina de la amistad?
Mi lema siempre ha sido: “Solo no puedes, con amigos sí” (La Bola de Cristal). Un amigo verdadero es un hermano que eliges.
¿Tiene aficiones aparte de la medicina?
Me encanta la música, especialmente el rock (toco la guitarra). Ahora, con mis hijos adolescentes, es nuestro punto de conexión. También disfruto viajar, esquiar, leer. Y no renuncio a ningún placer: vino, whisky, habanos…
¿Cómo ve el futuro de la Radiología Intervencionista en España y en el mundo?
Soy muy optimista. Tenemos la especialidad más bella, innovadora y tecnológica que existe. Cambiarán el nombre, cambiarán nuestras prácticas, la RVI evoluciona cada cinco minutos, pero seguiremos creciendo y disfrutando de nuestra profesión. La inmersión de la RVI en la clínica y en la consulta ha sido el mayor cambio. Nuestros referidores nos consideran “iguales”. Y, lo más importante, estamos logrando que los pacientes accedan directamente a nosotros. Somos visibles y reconocibles para ellos. Esto lo cambia todo.
¿Qué le gustaría que hiciera y consiguiera su sucesor en el cargo, el Doctor Santiago Méndez?
Mi sucesor es increíble. Tiene una capacidad de trabajo impresionante, las ideas muy claras y un don de gentes excepcional. ¡Va a llevarnos muy lejos!
Gracias, Dr. Abadal, por su tiempo dedicado a esta revista y también a la SERVEI, por el impulso y la pasión que pone en todo lo que hace. Y, sobre todo, porque sabemos que seguirá estando cerca de la sociedad. Le necesitamos, como a los otros vicepresidentes y a todos los miembros de SERVEI.